El joven navarro cuenta en su página web que es autodidacta y que desde niño sintió gran afición por el arte, la música y el folclore pero sobre todo por el mundo de los gigantes. Su vena artística y su habilidad por el modelado y la escultura le llevaron a iniciarse en la tarea de su diseño y creación abriendo hace una década, con tan sólo 16 años, su propio taller de construcción y restauración en Orrio. De donde han salido maravillosos gigantes, cabezudos, zaldikos -para procesión-, miniaturas y hasta una
tarasca o representación grotesca de un ser maligno, oscuro y cavernoso; del mal absoluto.
Aitor Calleja viene el próximo sábado para acompañar a los gigantes de Pozuelo al final del pasacalles. Justo cuando muchos les veamos de arriba abajo o de abajo arriba por primera vez. A los que aunque han salido de sus manos son fruto de la ilusión de muchos vecinos; algunos de ellos se han arremangado para crear sus caballetes y sus ropajes.
El padre de las criaturas baja a Madrid acompañado por un grupo de dulzaineros. Por aquello de acompañar en el baile. El artista se quedará a cenar en casa de los amigos de La Lira -donde han aprendido a danzar Gabriel y Mariana- y partirá de nuevo a su taller para seguir asombrando al mundo.
Todo un lujo que por unas horas, el gran Aitor Calleja, se mezcle con el vecindario. Ongi etorri eta eskerrik asko.