En cabina con la voz de La Unión
Todo fluye. También la conversación con Rafa Sánchez. El cantante de La Unión, recién llegado México con su banda, se recrea en el lenguaje. Las palabras se vuelven dulces cuando recuerda que estudiaba arquitectura la primera vez que vio de cerca la mesa de un estudio grabación. Desde aquel primer contacto con botones y luces han pasado algo más de tres décadas dedicadas en cuerpo, alma y corazón a la música. Dice que de haber terminado la carrera -hizo hasta cuarto y no se le daba mal- hoy sería un arquitecto en paro.