El Gobierno regional adquirirá 1.250.000 de dosis de vacunas contra la gripe estacional, con una inversión de 4.716.400 de euros. Tal y como recoge el Calendario de Vacunación de Adultos de la Comunidad de Madrid, la vacuna va dirigida a los denominados grupos de riesgo: mayores de 60 años, enfermos crónicos, embarazadas, profesionales sanitarios y cuidadores, entre otros.
Con esta adquisición la Comunidad de Madrid pretende que más de un millón de madrileños pertenecientes a estos grupos de riesgo queden protegidos frente a la enfermedad durante el próximo otoño e invierno. Para la campaña 2018/2019, se van a adquirir un total de 600.000 dosis de la vacuna (inactivada fraccionada) que se administra a la población de 6 meses a 64 años y 650.000 dosis de vacunas (inactivada adyuvada) para los madrileños a partir de los de 65 años.
Los ciudadanos disponen de más de 700 puntos habilitados en la región para vacunarse frente la gripe estacional: centros de salud, consultorios locales del Servicio Madrileño de Salud, residencias de mayores y centros municipales de Madrid capital. Además, y como ya se hiciese el pasado año, se facilitará a las empresas que lo soliciten y previamente estén acreditadas, las vacunas necesarias para llevar a cabo la vacunación de la población trabajadora de 60 o más años.
Con el objeto de aumentar y completar la cobertura de vacunación en la población de riesgo, la Comunidad de Madrid continuará con las iniciativas desarrolladas por la Consejería de Sanidad en las campañas anteriores, como son el envío de mensajes recordatorios a través del móvil a más de 700.000 pacientes, y la información directa al paciente a través de las consultas de medicina y enfermería de familia.
La Administración regional realiza campañas anuales de vacunación antigripal desde el año 1991. La gripe estacional normalmente se presenta con carácter anual de forma epidémica y la vacunación, según los expertos, es la herramienta más eficaz para prevenir su difusión y complicaciones que pueda generar en la salud, tanto de forma directa como por agravamiento de otras enfermedades de base, principalmente cardiorrespiratorias, renales o metabólicas.