Con retraso y la plaza Mayor abarrotada comenzaba el espectáculo piromusical previsto para despedir la Navidad. Pero la espera mereció la pena. Grandes y pequeños disfrutaron tras la cabalgata de los Reyes Magos de la banda sonora de El Rey León acompañada de fogonazos y proyecciones de "estampados animales" sobre la fachada del Ayuntamiento. Al blanco y negro de la cebra y los marrones de la jirafa o el leopardo siguieron otros ritmos y colores. Una traca y los cañones de confeti sorprendieron sobre todo a los niños que a esas horas ya pensaban en la mañana siguiente.
Pero antes la alcaldesa había recibido a los Reyes Magos y a una representación de la comitiva que durante tres horas recorrió las principales calles de Pozuelo. Una veintena de carrozas como la soldadesca de la peña Los Mingas o la pastoril de El Botijo tomaron parte en la tradicional cabalgata y acompañaron a sus Majestades repartiendo miles de kilos de caramelos sin gluten que las gentes recolectaban incluso con paraguas en diferentes tramos del recorrido; algunos por cierto poco o nada iluminados hasta la llegada de las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar repletas de bombillas.
Paloma Adrados y otras autoridades de Occidente como el concejal de Festejos, Pablo Gil, saludaron con entusiasmo a sus Majestades de Oriente. El speaker que durante muchos minutos se había encargado de entretener al personal anunciaba la buena nueva: los Reyes están a punto de salir al balcón. Fue entonces cuando la regidora dirigió unas breves palabras a los vecinos concentrados en la plaza Mayor y cedió la palabra -como en los plenos- a Melchor, Gaspar y Baltasar que durante unos minutos fueron el centro de todas las miradas. Ellos dieron por hecho que todos se habían portado bien y animaron a los pequeños a compartir sus regalos y sus juegos con la familia y los amigos. Y fue entonces cuando comenzó el espectáculo piromusical y cuando el espíritu navideño, con el Ai se eu te pego de fondo, se fue alejando de Pozuelo.
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