La jornada festiva dedicada a los niños de la ciudad nacía hace casi dos décadas a propuesta de las asociaciones de Pozuelo. El Ayuntamiento se encarga desde entonces de su organización. Hasta hace un par de años se celebraba en la explanada próxima a la plaza de las Américas pero pensando en comerciantes y hosteleros del centro de Pozuelo se trasladó al corazón urbano.
En la edición de este año organizada en colaboración con más de treinta asociaciones de Pozuelo (juveniles, deportivas y culturales) y otras instituciones como UNICEF, Cruz Roja Pozuelo, Policía Nacional, Policía Municipal, el SEAPA y las Fuerzas Armadas, han participado según los organizadores más de 5.000 niños y sus familias. Y eso a pesar de un calor que ni en los soportales de las plazas era fácil de combatir. Fútbol, baloncesto y talleres bajo el sol.
Por la tarde las temperaturas descendieron pero también el número de visitantes y las posibilidades para los pequeños. Bajo el toldo de la Casa de Extremadura se agotaron las huchas para decorar y algunos sustituyeron el cerdito por un plumier de madera que los amigos de la peña El Botijo repartían justo al lado. En las tiendas de campaña del Ejército también se agotaron los kits de supervivencia.
Jornada ruidosa
Motos, coches, ambulancias y barredoras con dispositivos sonoros de desigual volumen llenaron el corazón de Pozuelo de latidos. También las canciones infantiles de los actores del CEPA, las notas musicales de las bandas La Lira y La Inseparable y las voces de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Pozuelo. Y todos tan contentos. Porque un día al año no hace daño.
La alcaldesa de Pozuelo, Paloma Adrados, y algunos concejales del Equipo de Gobierno y la Oposición visitaron el Día del Niño con pequeños y pequeñas en brazos o de la mano; suyos o de otros. Al fin y al cabo de eso se trataba.
Si (
No(