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Arrancan las Fiestas Patronales de Pozuelo

lunes 03 de septiembre de 2012, 01:36h

Con un colorido pasacalles que no aparecía en el programa de actividades se abrían las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de la Consolación. Desde el balcón del NCC las vistas y la voz de Pastora Soler anunciaban la llegada de días repletos de ilusión.

Cuando peñas, bandas y agrupaciones locales recorren las calles a la vez con camisetas, camisas, blusones, peinetas, mantones y flores, para contagiar emoción, es que han llegado las Fiestas de la Consolación. Cuando tomamos la plaza, con la familia o los amigos, para escuchar el pregón es que han llegado las Fiestas de la Consolación. Cuando nos movemos a ritmo de charanga o guardamos silencio en procesión es que han llegado las Fiestas de la Consolación. Cuando recordamos que los encierros no son lo que eran pero los del Chiqui nos devuelven la ilusión es que han llegado las Fiestas de la Consolación. Cuando los nostálgicos contamos las horas para repetir reunión es que han llegado las Fiestas de la Consolación. Cuando los niños preparan sus pinceles para pintar Pozuelo con pasión es que han llegado las Fiestas de la Consolación.

La Semana Grande ya está aquí. Miles de vecinos han tomado durante horas el corazón urbano de la ciudad para disfrutar del cóctel festivo que ha preparado el Ayuntamiento con la ayuda de las peñas y agrupaciones locales. Todo comenzaba con un pasacalles que no estaba previsto pero que con la ayuda de Policía Municipal y Protección Civil discurrió con normalidad...

Pitufando alegría

... y muchos caramelos. Los que tiraban los integrantes de un desfile convertido en tradición desde que gigantes, cabezudos y majorettes se desvanecieron como globos de colores en forma de pajarito escapados de las muñecas de los niños. Una tradición que ha sido una incógnita despejada horas antes para tranquilidad de propios y extraños. Y que no hizo desfallecer a las gentes de bandas y peñas que sacaron instrumentos -La Inseparable, La Lira y la Unión Musical-, pañuelos y reses -Los Mingas, El Albero, 6 y 1/2 y El Tercio-, botijos y banderas. Unos, como los amigos de El Botijo, pitufaron alegría. Impresionante Pitufina con ponpón trasero y flores delanteras. Y otros como los de la Casa de Extremadura rescataron bandera y sombreros con los colores de su tierra que también es un poco de todos.  

Juntitos llegaron todos a la plaza del Padre Vallet donde se unieron cientos de vecinos para escuchar un pregón que superó todas las expectativas. Porque cuando la pregonera es cantante hay muchas posibilidades de que haga lo que mejor sabe pero pocos esperaban que Pastora Soler tocara tanto la fibra sensible. Ni siquiera la alcaldesa, Paloma Adrados, entusiasmada con "una pregonera de excepción que no solo canta de una forma extraordinaria sino que ha dado un pregón que nos ha puesto a todos los pelos de punta".

Pastora Soler comentaba a enpozuelo.es que la oratoria no es lo suyo y que siempre añade una pinceladita. Pero no lo pareció a juzgar por lo bien que se desenvolvió con la partitura de un pregón. Un discurso entrañable que incluía una adaptación del Quédate Conmigo. Dedicada a Pozuelo donde vive desde hace más de una década. "Es mi segunda tierra, una ciudad con mucha vida. Cuando vas por los bares de cervecitas ves mucha gente joven, mucha gente guapa".

Como llora Chavela

A pocos metros de la Salve Solemne varios técnicos hacían las últimas comprobaciones. El escenario se preparaba para el primero de los acontecimientos musicales de las Fiestas Patronales: el concierto de Los Secretos. Mientras, en el recinto ferial, grandes y pequeños se divertían y decenas de jóvenes aguardaban el comienzo de la discoteca móvil.

La banda de Álvaro Urquijo ofreció un recital de oficio. Tablas en términos escénicos. Las que Los Secretos llevan décadas pisando gracias a un público fiel que en Pozuelo escuchó los temas de su último trabajo, En este mundo raro, tarareó como llora Chavela y miró al cielo recordando a Enrique. Alguno incluso se atrevió a bailar con Ojos de Perdida, Sobre un vidrio mojado y, por supuesto, Déjame. Fue una noche mágica... solo faltaban fuegos artificiales.

 

 

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